jueves, 20 de octubre de 2011

Si algo aprendí fue a hacer lo que me hacía feliz. Y eso no lo quiero olvidar



Pero ¿cómo no lo olvido si ya no estás y entonces ya muchas cosas no me hacen el mismo tilín? Y empiezo a notar que los incordios diarios que gracias a ti ignoraba ya empiezan a molestar, como antes, como antes de conocerte. ¿Y qué pasa si vuelvo a ser la de antes? Con todo lo que avancé. La de antes e incluso peor, porque antes no sabiendo que había algo distinto pensaba que era el orden natural. Pero no es así en absoluto. ¿Como se vuelve a la sombra después de haber visto la luz? Es que simplemente sabes que hay algo más y ya no te puedes conformar.

Y peor de los peores. Suena el móvil y aún pienso lo impensable. Porque que el destino nos pueda juntar es posible, sí, y esa es mi esperanza última. Pero que tú llames, eso si q es de otro calibre. Antes tendrías que volver a nacer y no ser tú. Y si tengo que elegir... de ningún modo quisiera algo distinto a ti. Todos sabemos que tus particularidades son lo que me engancharon. Tu mirada el encanto inmediato y tus misterios el hechizo eterno. Tu sonrisa el aliento, pero tus silencios el anhelo. Tus no palabras y tus palabras 'no'. Tu privacidad. Tu vida para ti. Tu no estar. Tu ir y venir. Tu tierra hermosa. Tu auténtica pasión, cada domimgo. Tus poemas y tus canciones.

Tú. No llames. Y si el destino no lo ve factible, el haberte conocido quedará en una constante, una prueba de que verdaderamente existió algo más.

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